Autos de apelación que presenta Diego Hernández, portugués, vecino de la villa de Camaná, contra la sentencia pronunciada por el doctor Antonio Vargas, gobernador del obispado de Arequipa, en favor de Juana Ruiz, su mujer, por causa de nulidad de matrimonio, después de sólo cinco días de casados.
Autos de apelación que presenta Francisco Gómez Ortiz, en nombre de doña María de la Torre, en el pleito que le puso Andrés de Espinosa sobre la nulidad de su matrimonio. Apela contra los autos.
Autos de apelación que presenta Juan de Urrea, vecino de Lima, contra un auto expedido por el provisor y vicario general del obispado de Arequipa, en que le mandó comparecer a seguir causa de nulidad de matrimonio que doña Catalina Rodríguez de Herrera pretende ponerle.
Autos de apelación que presenta Juan Antonio Dávila Saavedra, en nombre de María Jiménez de Arronis, vecina del asiento de Caylloma, contra la omisión del provisor y vicario general del obispado de Arequipa en determinar y sentenciar la causa de nulidad de matrimonio que sigue contra Agustín Patiño, que dice ser su marido.
Autos de apelación que presenta don Félix Fernando de Asansa contra la sentencia pronunciada por el Obispo de Arequipa, en la causa de nulidad del matrimonio que contrajo con doña María Inés de Sarasa.
Autos de nulidad de matrimonio que sigue José María Ramírez, en nombre de doña Tomasa González, vecina del valle de Acarí, contra don Tomás Sánchez, por impedimento dirimente de afinidad en primer grado.
Autos de nulidad de matrimonio que sigue Juan de Silvera, en nombre de Elvira Gómez de Bustamante, contra Juan Rodríguez de Rojas, su marido, solicitando 400 pesos para vestido y alimentos de su hijo.
Autos de apelación que presenta Francisco Dávila y Torres, procurador del número de la real audiencia, en nombre del general don Pedro de la Sota Yrasagorria, alcalde ordinario de la ciudad de Huamanga, en la causa de nulidad de matrimonio seguida por doña Catalina de Beingolea y Espinoza, su mujer. Apela contra la sentencia, en que se ordena se aparte del consorcio y vida conyugal con su mujer, con pena de excomunión y de 500 pesos de multa.
Autos de apelación que presenta don Alejo Moreno, promotor fiscal del obispado de Huamanga, en nombre del doctor don Francisco de Arquellada, promotor fiscal y defensor de matrimonios del arzobispado de Lima, contra la sentencia que declaró nulo el matrimonio contraído por don Juan Dávalos y Mendoza, conde de Casa Dávalos, don doña Mariana Belsunce y Salazar.
Autos de apelación presentados por Fernando de Sotomayor, en nombre del licenciado Alonso García de Aráuz, contra la sentencia pronunciada por el Obispo de Panamá en la causa seguida por doña María de Murieta y Latras, vecina de Portobelo, para que el apelante cumpla con la palabra de matrimonio que dice haberle dado y se anule el matrimonio que había contraído con doña Agustina de Rojas.
Autos de nulidad de matrimonio que sigue doña Juana de Ojeda contra Francisco Calderón de Orozqueta, su marido, vecino de la villa de Nata.
Autos de apelación que presenta doña Juana de Bonilla contra la sentencia definitiva pronunciada por el provisor y vicario general de Panamá, en la causa de nulidad de matrimonio que sigue contra Martín García Alejo.
Autos de apelación que presenta Simón de Sosa, procurador general de los naturales, en nombre de doña Victoria Ligua, cacica del pueblo de Manta, contra la sentencia del vicario general de Quito, en la que declaró no haber lugar a la nulidad de su matrimonio con don Bartolomé Chuchui.
Autos de apelación que presenta Diego Lachica Narváez, en nombre de Antonio de Ruanes, vecino de la ciudad de Quito, contra la sentencia dada por el maestro fray Juan Bautista Maroto, provisor y vicario general del obispado de Quito, en la causa de nulidad de matrimonio que pretende Inés de Alarcón, en la que declaró nulo dicho matrimonio.
Autos de apelación presentados por Alonso Gómez de la Montaña, en nombre de don Francisco de Pazmino, vecino y regidor perpetuo de la ciudad de San Francisco de Quito, contra una sentencia que el provisor y vicario general de dicho obispado pronunció sobre la causa de nulidad de matrimonio seguida por doña Constanza de Albornoz, por la cual anulaba dicho matrimonio.
Autos de apelación que sigue Simón González Franco, contra la sentencia del procurador Gaspar Gómez, curador ad liten de Mencia Blásquez, en la causa de nulidad de matrimonio que ésta sigue contra Constantino de Aguiar, su marido. La sentencia no admite la nulidad.
Autos de apelación que presenta Lorenzo Merino Varona en nombre de doña Ana Fernández de Vargas, contra la sentencia del licenciado don Antonio del Pino Argote, provisor y vicario general del obispado de Quito, declarando no proba su acción en el pleito de nulidad de matrimonio que trata contra Juan de Salazar, persona con quien se caso forzada.
Autos de apelación presentados por el contador Clemente de Silva, en nombre de Diego de Chavarría, contra una sentencia proveída contra él en la causa de nulidad de matrimonio que le ha puesto su mujer doña Catalina Ortiz de Bobadilla.
Autos que presenta Alonso Ruiz Crespo, mercader vecino de Quito y residente en ella, en nombre de Mariana de Osorio, vecina del asiento de Latacunga, contra la sentencia del provisor y vicario general de Quito en la causa de nulidad de matrimonio que siguió contra Lorenzo del Corral, su marido.
Autos de nulidad de matrimonio seguidos por doña Beatriz del Castillo contra Sebastián Martín, su marido, por haberse casado sin su voluntad.
Autos de apelación que presenta doña Mariana de Córdoba contra la sentencia emitida en la causa de nulidad de matrimonio seguida contra José de Villavicencio Jerez, su marido, en la cual no se aprueba su demanda y se declara legítimo su matrimonio con él. Los autos de nulidad se siguieron ante el licenciado don Ventura Falconí, cura y vicario de la villa de Riobamba.
Autos de apelación que presenta Nicolás de Esplana en nombre de Juana Díaz, contra una sentencia pronunciada por el juez eclesiástico de la ciudad de Quito en la causa de nulidad de matrimonio seguida contra Juan de Porras, quien dice ser su marido, por la cual se niega la nulidad solicitada.
Autos de apelación que presenta Nicolás de Solana en nombre de doña Manuela de Villagrán y Loaysa, vecina del asiento de Latacunga, en la causa de nulidad de matrimonio que sigue contra Feliciano de Rojas Andino, contra una sentencia pronunciada por el provisor general del obispado de Quito, la cual declaró no haber lugar la nulidad de matrimonio solicitada.
Autos de apelación que presenta Antonio de Escobar Quintanilla, en nombre de Gabriela Rodríguez, vecina de Quito, contra la sentencia dada por el doctor don Fernando de Loma Portocarrero, provisor y vicario general de Quito, en la causa que ella sigue contra Juan Antonio Ladrón de Guevara, su marido, para que se anule su matrimonio.
Autos de apelación que presenta Miguel de Medina en nombre de doña Agustina Reales, en la causa seguida contra Miguel Díaz de Fuenmayor sobre la nulidad de su matrimonio, contra una sentencia del provisor y vicario general de Quito en que declaró no haber lugar la nulidad de dicho matrimonio.
Autos de apelación que presenta Francisco Gómez Ortiz en nombre de doña María de Ortega, contra la sentencia pronunciada por don Tomás de Cevallos, provisor y vicario general de Quito, en la demanda de nulidad de matrimonio puesta por la apelante contra Juan de Salcedo, en la que mandó les hacer vida maridable.
Autos de demanda de nulidad de matrimonio seguidos por doña Jerónima de Santander, vecina de Quito, contra Bernabé de Albis, ausente de dicha ciudad, por haber sido casada por la fuerza, debido a los malos tratos y castigos de su madre.
Autos de apelación que presenta el alférez Juan de Calbache de Biedma contra una sentencia pronunciada por el provisor y vicario general del obispado de Quito, en la causa de nulidad de matrimonio seguida por doña Magdalena Martínez Peraso, su mujer, en que declaró no haber lugar a dicha nulidad e hizo divorcio del dicho matrimonio.
Autos de apelación seguidos por Jaime folio en blanco, en nombre de doña María de Aguayo, contra la sentencia pronunciada por el deán y cabildo de la catedral de la ciudad de La Plata, en la causa de nulidad de matrimonio que se ha seguido en la dicha ciudad entre la apelante y Francisco Coronado Osorio, su pretenso marido.
Autos de apelación que presenta el capitán don Juan Gómez de Aguayo, en nombre de don Vicente Suárez, vecino de la villa de San Miguel de Ibarra, jurisdicción de Quito, contra la sentencia pronunciada contra él en la causa de nulidad de matrimonio seguida contra María Romero, por la cual declaró por firme y válido dicho matrimonio.
Solicitud que presenta José Francia, a nombre del licenciado don Manuel Díaz de Avecillas, racionero de la santa iglesia de Cuenca, en los autos con el licenciado Antonio Fernández sobre la nulidad de la elección del vicario capitular. Pide que se fije por excomulgado al procurador que sacó estos autos.
Autos seguidos por doña Luisa Mesía Ponce de León, viuda del general don José Barrionuevo, su albacea y tenedora de bienes y heredera, a fin de que se declare por nula la donación que el doctor don Francisco Barrionuevo hizo de la cantidad de diez mil pesos en una capellanía.
Memorial presentado por las monjas de Santa Clara de Quito dirigido al doctor don Juan Domingo de la Reguera, arzobispo de Lima, acerca de la apelación que ellas han presentado de las providencias que dio el provisor y vicario general del obispado de Quito en la causa seguida con el doctor don Gabriel Álvarez sobre la nulidad de una cuantiosa donación que hizo a su favor una religiosa del monasterio, contra lo dispuesto en la Regla del mismo.
Autos de apelación presentados por doña Magdalena de La Rea contra una sentencia pronunciada por el licenciado don Francisco de la Torre Angulo, juez eclesiástico del obispado de Quito, en la causa de demanda de divorcio que sigue contra Jacinto de Obregón, su marido, por la cual se declaró no haber lugar dicho divorcio.
Autos de apelación que presenta doña Isabel Márquez de Pedraza, vecina de la ciudad de Quito, en la causa de divorcio y separación que sigue contra Antonio de Paredes, su marido, apela de la sentencia pronunciada por el provisor y vicario general de dicho obispado, que declaró no haber lugar el dicho divorcio.
Autos de apelación que presenta Juan Bautista de Escobar en nombre de doña María Falconí, india natural de la villa de Riobamba, mujer de Juan Salca, contra la sentencia pronunciada por el provisor y juez eclesiástico de Quito en que declaró no haber lugar el divorcio pedido por la apelante.
Autos de apelación que presenta el capitán don Andrés Martínez de Guillestegui, en nombre del sargento Jacobo de Villafuerte, vecino del asiento de Latacunga, contra una sentencia emitida por el provisor y vicario general del obispado de Quito, en que declaró no haber lugar el divorcio que le puso doña María Jiménez, su mujer.
Autos de apelación que presenta Hernando Rodríguez Lepe, en nombre de doña Inés de Cárdenas, vecina de Quito, viuda del capitán Francisco Pérez Guerrero, regidor perpetuo que fue de ella, y el capitán don Gabriel Pérez Guerrero, en la causa que ha seguido el maestro Juan de la Cueva, clérigo presbítero, contra el maestro don Alberto Pérez Guerrero, presbítero, y la hacienda de Alchipichi, sobre mil pesos de corridos del principal de ocho mil pesos que dice estar impuestos a censo sobre dicha hacienda. Apelan para que se anule el referido censo.
Autos de apelación presentados por el doctor don José de Lara Galán en nombre del maestro Pedro Ortuño de La Rea, presbítero, contra un auto definitivo del provisor y juez eclesiástico de la ciudad de Quito, en que declaró por nulo el nombramiento de capellán hecho en él. La capellanía fue instituida y fundada por el licenciado Andrés López Albarrán, canónigo de la santa iglesia de Quito.
Autos de apelación que presenta el sargento mayor José Velásquez de Nava, en nombre del maestro don Alonso de Banzes, presbítero, cura y vicario de los pueblos de Mórrope y Pacora, en el obispado de Trujillo, contra la sentencia definitiva que contra él pronunció el provisor y vicario general de Quito, en la causa de demanda que contra él sigue Constanza de Vargas sobre la nulidad de la venta de una huerta de árboles de cacao en el valle de Yaguache, jurisdicción de la ciudad de Guayaquil.
Traslado de los autos seguidos en grado de apelación en segunda instancia entre el promotor fiscal del arzobispado de Lima, defensor de matrimonios, contra Mauricio Puente, negro esclavo del marqués de Villafuerte, contra la sentencia proveída en primera instancia, la cual anula el matrimonio de dicho esclavo con Petronila Rojas, también negra esclava. Incluye copia de las partidas de los esclavos.
Autos de nulidad de matrimonio seguidos por José de Cobos, en nombre de Francisca Feliciana de la Paz, contra Juan de Santayana, su marido.
Autos seguidos en grado de apelación en segunda instancia entre el promotor fiscal del arzobispado de Lima, defensor de matrimonios, contra Mauricio Puente, negro esclavo del marqués de Villafuerte, contra la sentencia proveída en primera instancia, la cual anula el matrimonio de dicho esclavo con Petronila Rojas, también negra esclava.
Autos de apelación que presenta el licenciado Alonso Trevejo, en nombre de Ana María Cardoso, en la causa que sigue con Juan Rodríguez Illán sobre la nulidad de su matrimonio, que se empezó en la villa de Saña. Apela contra la sentencia pronunciada por el provisor y vicario general del Arzobispado de Lima.
Fragmento de los autos de apelación que presenta el fiscal defensor de matrimonios, contra la sentencia emitida acerca de la causa de nulidad del matrimonio contraído por José Nazario Puente con Hilaria Josefa, negros residentes en la hacienda de San Javier, de la doctrina de San Juan Bautista del Ingenio. La sentencia anula dicho matrimonio.
Autos de apelación que presenta Pedro de Llaguno Gómez en nombre de doña Mencia de Zúñiga y Figueroa, vecina de la ciudad de Guayaquil, en los autos de nulidad de matrimonio contra Pedro de Granja, su marido. Apela contra un auto emitido por el provisor y vicario general de Quito, en que denegó el auto del vicario y juez eclesiástico de Guayaquil que condenaba a su marido a pagarle los alimentos.
Autos de apelación presentados por Alonso Gómez de la Montaña, en nombre de Luis de Loreto Espíndola, presbítero, contra los autos proveídos por el Obispo de Arequipa acerca de la nominación del beneficio de Ubinas, por no haber sido admitido a examen ni nombrado.
Autos seguidos por el doctor don Pedro Antonio de Santisteban, dignidad de maestrescuela de la catedral de Arequipa, por habérsele limitado la jurisdicción ordinaria de su nombramiento de provisor y vicario capitular en sede vacante, excluyendo de su conocimiento las causas beneficiales, matrimoniales y decimales.
Autos de apelación presentados por Toribio Ramírez de Arellano, en nombre de la Reverenda Madre Priora y demás religiosas del Monasterio de Santa Catalina de la ciudad de Arequipa, acerca del nombramiento de Presidenta hecho por el Obispo de dicha ciudad en la madre María Josefa Ubalda, y de las penas gravísimas hechas a varias religiosas sin su audiencia ni formalización de causa. Apelan del exceso de la visita del obispo Chávez de la Rosa.
Fragmento de los autos de apelación que presenta José de Altuves, en nombre de don García de la Vega, alguacil mayor de la villa de Huancavelica, y de don Álvaro Montero de Solalinde, mayordomos de la fiesta de Nuestra Señora del Carmen que se celebra en la villa de Huancavelica e iglesia del hospital de ella, en términos del curato de San Sebastián. Apela contra un auto proveído por el deán y cabildo de la catedral de Huamanga en que les mandó hacer dicha fiesta sin excusa alguna, nombrando predicador a satisfacción del cura de la dicha parroquia y con su licencia y no de otra manera; yendo así contra la costumbre inmemorial.
Autos de apelación que presenta el bachiller Juan González de Montoya, presbítero, en nombre del doctor don Juan González Durán, cura y vicario de la doctrina de Pampas, en el obispado de Huamanga, contra un auto pronunciado por el provisor y vicario general de dicha diócesis, en que le mandó comparecer y nombró por ínter de su doctrina al bachiller Pedro Vásquez Dávila, quien es su enemigo, privándole de su derecho, aduciendo estar fulminándosele una causa criminal.
Autos de apelación presentados por Juan de Torres, en nombre del dean y cabildo de la catedral de la ciudad de Panamá, contra un auto y sentencia dados por fray Cristóbal Martínez de Salas, obispo de dicha ciudad, por la cual debiendo amparar al Cabildo en la posesión en que estaba de tiempo inmemorial para nombrar una persona que fuese colector de los naturales de dicha iglesia, no lo hizo, y nombró a su criado Lorenzo de Paz, despojando de este derecho al Cabildo.
Autos de apelación que presenta Luis de Berrocal contra la sentencia de la causa seguida acerca del nombramiento de capellán que hizo el licenciado don José de Berrocal, su primo, en Calixto del Pino, de la capellanía que instituyó y fundó doña Isabel de ¿?, su abuela.
Autos seguidos por el bachiller Alejandro Mariano Enríquez Osorio, clérigo de menores órdenes, a fin de que se le apruebe el nombramiento de capellán propietario que le hizo la abadesa del convento real de la Limpia Concepción de Quito, de la capellanía fundada por doña María de San Juan y Guevara, difunta, religiosa de coro y velo negro que fue del mismo, de 4,000 pesos de principal impuestos en las haciendas de Turubamba, que posee en propiedad el licenciado don Ignacio de Barnuevo Castro y Guzmán.
Autos de apelación que presenta el secretario Miguel de Azpurúa, en nombre del padre Pedro Márquez, clérigo presbítero residente en la provincia de Quito, en la causa seguida contra Diego de Valencia León, patrón de la capellanía que fundó el canónigo García de Valencia, sobre haber removido el nombramiento que tenía Márquez, y contra la sentencia dada por el juez eclesiástico.
Autos de apelación que presenta Francisco de Rojas y Mendoza, en nombre del doctor don Tomás de Villaseca, presbítero, contra un auto del provisor y vicario general del obispado de Quito, en que declaró por bien hecha la revocación del nombramiento de capellán interinario hecho en el doctor Villaseca por los patrones de la capellanía que fundó doña María de Carbajal, otorgándosela a fray Juan de Villacís.
Autos de apelación que presenta Manuel Soriano, en nombre del comisario general de la caballería don Ramón de Orihuela y Carbonera, como curador de don Juan José y don Leandro Quintanilla, en la causa seguida sobre la capellanía que fundó el bachiller don Pedro Román de Orihuela, contra lo actuado por el Obispo de Arequipa, y pide se nombre capellán a don Juan José de Quintanilla, como hijo legítimo de doña Rosa Román de Orihuela.
Autos de apelación que presenta Juan Pérez de Llanos, en nombre de fray Luis de Cepeda, cura y vicario de la doctrina de Vichongo, en el obispado de Huamanga, contra un auto proveído por el obispo de la misma diócesis, en que nombró un sacerdote para administrar los sacramentos en el obraje de Cacamarca, que pertenece a dicha doctrina y es la parte principal de ella.
Segunda parte de los autos de apelación seguidos por el licenciado Juan Arévalo Cedeño, cura beneficiado de la ciudad de Ica, contra los autos proveídos y proceso formado contra èl por el licenciado Diego Fernández de San Agustín, vicario de dicha ciudad, por no haberle remitido un libro de bautismo de su parroquia a su casa.
Autos de apelación que presenta el licenciado Matías de Aldana, cura y vicario de la doctrina de Chipao, contra los autos proveídos por el rector del colegio seminario de Huamanga, en que sin causa ni fundamento alguno lo multó en cien pesos de a ocho reales y en los salarios de las guardas.
Autos de apelación que presenta Petrona de la Torre, mujer legítima de Domingo Gómez Palomino, ausente de la provincia de Huanta, dueño y poseedor de las tierras del Chaco, en dicha provincia, contra el auto proveído por el Obispo de Huamanga con multa de 200 pesos y pena de excomunión mayor; ya que su marido tiene derecho a las mencionadas tierras, como uno de los herederos de don Alonso Gómez Palomino.
“Expediente que sigue Justo Zumaeta a nombre de José María Gaínza sobre que se remitan los autos que siguió su parte como mayordomo de la cofradía de Nuestra Señora del Carmen en Guayaquil, con el doctor don Ignacio Cortázar, actual obispo de Cuenca, sobre cantidad de pesos”.
Autos de apelación que presenta Gabriel Suárez Palomino contra la sentencia que anula su matrimonio con doña Melchora Troncoso Palomino, a quienes se les condenó además por haberse casado sin licencia teniendo impedimento de parentesco: a ella en el pago de 100 pesos de a ocho reales aplicados para gastos de los estrados; y a él otros 100 pesos y dos años de destierro a cuatro leguas de la ciudad y que acuda con 50 pesos de a ocho reales anuales a doña Melchora para el mantenimiento de sus hijos hasta que tengan edad de trabajar.
Autos de apelación presentados por Fernando de Sotomayor en nombre de don Francisco López de Arroyo y doña Gregoria de Guevara, contra todos los autos proveídos por el Obispo de Panamá en la causa que contra ellos ha fulminado, acusándolos de contraer matrimonio clandestinamente, teniéndolos presos y excomulgados.
Autos de apelación que presenta don Domingo Urquijo, a nombre del doctor don Manuel Rivera, contra una sentencia proveída por el vicario capitular del obispado de Huamanga, por la que se declara no haber lugar a la solicitud de dispensa que solicita para casarse con una hermana de su difunta mujer.
Autos seguidos por Gregorio Guido, en nombre de doña Orasia Joaquina Quinsada, vecina de la ciudad de Panamá, contra don Mateo José de Salas, con quien contrajo matrimonio siendo casado en la ciudad de Piura, estando viva su primera mujer.
Autos que sigue fray Alonso de Sotomayor, predicador general de la orden de Predicadores de Santo Tomás de la villa de Huancavelica, en nombre de doña Francisca de Sotomayor Figueroa, su hermana, monja profesa del monasterio de la Concepción de Lima, a fin de que se le entregue los 200 pesos corrientes de a nueve reales que le dejó en su testamento Juan de Sotomayor, su padre. Francisca solicita esta pensión desde el día que murió su padre. Se incluye el testamento de Juan de Sotomayor y en él se expresa su ascendencia genealógica.
Autos de apelación que presenta José de Altuves, en nombre de Francisco de Acharte, contra un auto proveído por el cabildo eclesiástico de Huamanga en los autos de cuentas del tiempo que fue mayordomo de aquella iglesia, por el cual le acusaron de haberse gastado el dinero con qué sustentar a la iglesia. Presenta las cuentas de los gastos de la catedral de Huamanga de los años 1673 a 1679.
Autos de apelación que presenta José de Llano y Valdés, en nombre del general don Francisco Pareja, corregidor y justicia mayor de Cuenca, jurisdicción de Quito, y teniente de capitán general, contra la sentencia de los autos de censuras que le impuso el provisor y vicario general de Quito. Incluye los autos que sigue Sebastián Freyre, corregidor de Cuenca, por haber sido maltratado de obra y palabra por unos mozos llamados Sebastián, Juan y Manuel Bustos; además de haberle robado algunos trastes de su casa.
Autos criminales seguidos por don Manuel Cabrito, comisario general y sargento mayor de la Plaza de Concepción y Comandante en ella, contra el cura y vicario don Pedro Vásquez de Novoa, por el mal trato que le hizo públicamente sin causa alguna.
Autos de apelación que presenta Alonso Gómez de la Montaña, en nombre de don Pedro Flores, presbítero, residente en la ciudad de Quito, contra una sentencia del provisor y vicario general de dicho obispado en la causa criminal que contra su parte siguió Alonso de Aguilar, presbítero, promotor fiscal de la audiencia episcopal, imputándole la muerte de don García Ango, indio difunto, y por los malos tratos dados a don Miguel Quinja Xamen, por lo cual lo condena a 300 pesos de a ocho reales aplicados para la Santa Cruzada y Obras Pías por mitad.
Autos de apelación en segunda instancia que presenta Pedro Jorge de Acuña, en nombre de Gaspar Gutiérrez de Rosas, dueño del obraje de Chinchobamba y estancia de San Juan de Pomabamba, en la causa seguida contra el licenciado don Bartolomé de Alarcón Manrique, cura de la doctrina de las estancias de San Juan de Pomabamba, en la provincia de Conchucos, vicario y juez eclesiástico de ella, sobre el sacerdote que asiste en su obraje y estancia.
Autos seguidos por el maestro fray Lucas de León Garavito, en nombre de doña Ana Guerrero de Torres, viuda del capitan Esteban de la Muela Barreto, vecina de la ciudad de Panamá, contra don José de Paz, mayordomo de la catedral de dicha ciudad, sobre la paga de la limosna de un asiento y sepultura en que fue enterrado su marido. Incluye el testamento del capitán Esteban de la Muela Barreto, natural de Sanlúcar de Barrameda.
Autos seguidos por don Nicolás de Sierra, vecino de Quito, mayordomo mayor de la cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio, fundada en la catedral, contra el hospital betlemítico de Quito, que está pidiendo limosnas en todas las parroquias para las ánimas del Camposanto sin licencia del ordinario y perjudicando los ingresos de la mencionada cofradía.
Traslado de los autos de apelación que presenta sor María Isabel de Santa Rita, religiosa del monasterio de la Concepción de Quito, contra la sentencia del Obispo de dicha diócesis acerca de la causa seguida por ella solicitando licencia para disponer de un censo de 6,000 pesos que le dejó don Pedro Ponce Carrasco, quien fue también obispo de Quito.
Autos de apelación presentados por don Felipe Ayluardo, a nombre de don José Nicolás Lazo, vecino de Arequipa, contra la sentencia del doctor don Manuel Menaut, cura de la doctrina de Sachaca, en el obispado de Arequipa, en la cual declaró por legítimo sucesor capellán a don Clemente Galdo, de la capellanía que mandó fundar don Diego de Valdivia, con un principal de cuatro mil pesos en veintidos topos de tierras del valle de Tiabaya y sobre una hacienda del valle de Quisguarani.
Autos de apelación que presenta don Bartolomé de Quintanilla contra la sentencia que fulminó el juez eclesiástico de Arequipa contra su hijo don Bartolomé de Quintanilla Olazábal y Peralta, de quien es legítimo administrador, por la cual se declara no deben pertenecerle las capellanías que instituyó y fundó doña Luisa de Guevara, su abuela paterna, y don Juan de Quintanilla, su tío.
Autos de apelación que presenta el procurador general de la orden de Predicadores, en la causa que sigue el cura de la doctrina de San Juan de la Chimba con el doctor don Juan de Mosquera y Figueroa, cura de la doctrina de Santa Marta, en el obispado de Arequipa. Apela contra el auto definitivo pronunciado por el doctor don Antonio de León, obispo de la misma diócesis, por el cual amparó a Mosquera en la posesión de la administración de los sacramentos de los indios forasteros que habitan y están debajo de los términos de la doctrina de la Chimba.
Autos de apelación que presenta don Francisco de Basualdo y Tejada, vecino de Lima, en nombre de don Diego Silvestre Guaman, cacique, principal y gobernador del pueblo y doctrina de Ticllas, y de don Ignacio Coraba, segunda persona, y en el nombre del común de indios de dicho pueblo, en la provincia de Huanta, obispado de Huamanga, contra un auto pronunciado por el deán provisor y vicario general de dicha diócesis, en la causa que sigue el licenciado don José de Cárdenas y Romaní, cura de la doctrina de Ticllas, de quien son feligreses los apelantes, con el licenciado don Francisco Romero de Izázaga, que lo es de la doctrina de Tulcamarca, sobre la jurisdicción de las estancias de Moctachi, Taycaca y la Florida; pretendiendo Romero administrar los santos sacramentos a los indios que viven en ellas. A esta causa se le acumuló la que siguieron los indios de Ticllas contra Romero, por estar sujetos a ellos los indios revisitados que viven en dichas estancias y repugnar a los curas de Sulcamarca.
Autos de apelación que presenta Salvador Apelo en nombre del licenciado don Ventura Falconí, cura y vicario de la villa de Riobamba, en el obispado de Quito, contra la sentencia proveída por el doctor don Matías de Mera, en la causa que contra él siguió el doctor Nicolás Días Candilejo, cura de la parroquia de San Sebastián de Ojabamba, sobre el territorio de ella.
Autos de apelación que presenta el licenciado Antonio López Carvallo, presbítero, residente en el pueblo de Huanta, quien es acusado por doña María de Arango y Sotomayor, mujer legítima del sargento mayor don Bartolomé de Villavicencio, de haberle prendido fuego a su casa con el intento de quitarle la vida.
Fragmento de los autos de apelación presentados por el doctor don Manuel Vizcarra, a nombre de don José Mariano Ramírez, de la ciudad de Arequipa, en la causa seguida sobre la insubsistencia de la colación conferida al militar don Francisco de Paula Calle.
Autos de apelación que presentan don Diego de Murga, corregidor de Quito, don José de la Carrera y don José de Mena, alcaldes ordinarios de ella, don José Pinto, regidor, don Diego Lisón y Juan de Salazar, escribanos públicos de la misma, a quienes se les acusa de haber violado la inmunidad eclesiástica en la casa y palacio del obispado. Apelan contra el auto del promotor fiscal que los excomulga.
Autos de apelación que presenta Antonio Pérez, en nombre de don Garci Pérez de Vargas, alcalde ordinario de la ciudad de Arequipa, contra la sentencia que el provisor y vicario general de dicha diócesis pronunció contra él en la causa de inmunidad eclesiástica que sigue Juan de Aránzazu, y que declaró por válida.
Autos de apelación que presenta el fiscal de lo civil de la real audiencia, en los autos con el promotor fiscal del obispado de Santiago de Chile y Matías Serpa por inmunidad. Apela contra la sentencia dada por el ordinario, en que declaró que Serpa debe gozar de dicha inmunidad.
Autos de querella seguidos por Juan Sánchez de Ontiveros, presbítero, sochantre y mayordomo de la catedral de Arequipa, contra el doctor don Pedro Ordaz de León, dean de dicha catedral, quien le injurió y afrentó delante de muchas personas en el coro de la mencionada iglesia, diciéndole que era un ladrón, acusándole de haberle robado una carta y dejándolo preso en la sacristía.
Autos de apelación presentados por don Francisco de Trujillo y Godoy en nombre del doctor Jerónimo Leal, vecino de la ciudad de Quito, en la causa criminal que contra él ha seguido el alférez Pedro de Aguayo, escribano real y receptor del número de la real audiencia de Quito, sobre las injurias verbales que le imputa. Apela de la sentencia pronunciada por el provisor de dicha ciudad en que lo condenó en dos años de destierro de ella y cinco leguas en contorno un año preciso y otro voluntario.
Autos de apelación que presenta Bartolomé de Mesa Tupac Yupanqui, sargento mayor de milicias de naturales de la capital de Lima, vecino y comerciante de la misma ciudad, en la causa seguida contra don José Camacho, cura rector de la catedral de Quito, por haberlo insultado de palabra y por escrito gravemente, acusándolo de tramposo, hombre de mala fe y ladrón. Apela del auto definitivo pronunciado por el provisor y vicario general de Quito.
Sentencia de la causa que sigue el capitán José de Villavicencio contra el licenciado don Ventura Falconí, cura y vicario de la villa de Riobamba, y el bachiller Alonso de Urquizu, sobre las palabras injuriosas que le dijo.
Autos seguidos por Juan Ortiz de la Vera, residente en Arica y natural de la villa de Azuaga, hijo legítimo del licenciado Alonso Ortiz, familiar del Santo Oficio de la Inquisición y uno del número de la dicha villa de Azuaga, y de doña Isabel de la Vera, difuntos, naturales de dicha villa, a fin de que se le entregue copia de la información de limpieza de sangre y legitimidad para su hijo Juan Ortiz de la Vera, quien se presenta a sagradas órdenes.
Autos de apelación que presenta Diego de Aristizábal, minero y azoguero en la jurisdicción de Castrovirreina, en la causa seguida por los indios de la doctrina de Arma contra su cura el licenciado don Diego Rondón y Rojas. Apela contra un auto pronunciado por el licenciado don Juan Gómez de Loaiza, deán, provisor y vicario general del obispado de Huamanga, en que le ordena bajo censuras salir desterrado de su ingenio, situado en la rivera de Cota, a veinte leguas en contorno, sin tener conocimiento de causa alguna. Se castiga al apelante por inducidor y fomentador a los indios para que pusiesen dichos capítulos.
Autos de apelación que presenta Juan Antonio Díaz, en nombre del licenciado don Francisco Javier Gallego, contra una sentencia proveída por el Obispo de Huamanga en la causa seguida por el corregidor de Huamanga sobre la inducción de unos indios del pueblo de Luricocha y restitución de unos lomillos de pellejo. Se le acusa al apelante de inducir a los indios para que estos reclamen la colación y canónica institución de dicha doctrina para él.
Autos seguidos por Joaquín Santo Rey, natural y vecino de Panamá, quien demanda el saneamiento del contrato de venta que celebró don Francisco de Borja Arosemena, arcediano de la catedral, de las tierras de Pequeni y Capireja, solicitando se le indemnice de las costas y perjuicios que por su causa ha sufrido.
Autos seguidos por el licenciado don Diego Osorio de Herazo, maestrescuela de la catedral de Panamá, contra el maestro don Francisco de la Cámara, obispo de Panamá, sobre los daños que ha causado el interés de nueve mil pesos y el de la limosna de las misas que dejó de decir por su causa.
Autos de apelación interpuestos por Antonio Vallejo, vecino y hacendado en el valle de Huaral, jurisdicción de la villa de Chancay, contra los autos de excomunión que contra él ha puesto el doctor don Jerónimo Hurtado del Aguila, cura y vicario de aquel partido, por no haber cumplido con el precepto de la comunión anual por haber tenido que viajar, pero habiéndolo hecho con licencia del mismo cura.
Autos de capítulos seguidos por don Juan Velarde y Toledo, vecino y hacendado en la villa y valle de Ilo, contra el licenciado don José de Antiparra, cura de dicho valle, quien no cumple con sus obligaciones en su curato: no administra los sacramentos; permite que los pobres se mueran sin confesión; dice las misas sin orden, a distintas horas; sus ayudantes tampoco cuidan la iglesia y sólo ven sus utilidades, cobrando ellos y el cura doblemente las primicias. Se refiere a una donación cuantiosa que hizo el general francés San Juan, y de una lancha que dejó un navío francés, que asignó el Virrey a dicha iglesia, lo cual rinde más de ocho mil pesos, y este monto lo tiene el cura en distintas haciendas a interés todo para sí.
Autos de apelación que presenta el doctor don Antonio González de Vega, racionero de la santa iglesia catedral de Quito y comisario del Santo Oficio, contra una sentencia pronunciada por el provisor y vicario general de dicha diócesis en la causa que ha seguido contra los bienes del deán de dicha iglesia don Álvaro de Cevallos sobre que se le ajusten y descuenten por el cuadrante las faltas que hizo los días y horas que dejó de asistir al coro del cabildo eclesiástico, por la cual dicha sentencia, habiendo ajustado los contadores el alcance líquido 1,113 pesos lo moderó en 600 pesos de ocho reales.
Autos de apelación que presenta Juan Antonio Dávila Saavedra, en nombre del tesorero don Francisco Sorarte, marido de doña Mariana Mesía de Zúñiga, viuda que fue del maestro de campo Gaspar de Oviedo, y su albacea, tenedora de bienes y heredera, vecinos de Arica, en la causa seguida con los mayordomos de la cofradía de la Concepción de dicha iglesia por mil pesos de renta anual. Apelan contra el auto proveído por el Obispo de Arequipa, quien le mandó reconocer el censo de veinte mil pesos que dicha cofradía dijo estar impuesto en las haciendas de Azapa.
Autos de apelación presentados por el bachiller Diego González de Heredia, clérigo presbítero residente en la ciudad de Quito, contra una sentencia del provisor y vicario general de dicha diócesis, por la cual lo condenó por irregular de homicidio voluntario en cuatro años sin oficio ni beneficio eclesiástico, destierro a veinte leguas de la ciudad de Loja y una multa de 200 pesos para la Santa Cruzada.
Autos seguidos contra Juan Donzel, soldado del regimiento real de la infantería de la Reina y compañía de don Nicolás Palazuelos, por haber herido a Francisco Cortés, soldado de dicho regimiento y compañía de don Antonio Plasencia, y a Ana María Masías, vecina de la ciudad de Panamá.